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Sunday, April 24, 2016
El mayor fracaso de los mediocres, es no saber qué hacer con su libertad. El mayor éxito de los felices, es no hacer mucho caso a les possibilités y enfrentarse a la dura realidad con lo que se tenga a la mano.
Siempre que me enfrento a la idea de que en realidad no estoy hecho para triunfar en mi propio juego, recuerdo al pobre Raskólnikov; Pensándose al inicio a la altura de Napoleón y entregándose al final, a las autoridades (Con obras tan viejas no cuenta para nada el spoiler alert; ya tuvieron 150 años para leer Crimen y Castigo)
Lo terrible es que toda la fuerza esté en la mente, y que todas las dudas también provengan de ahí.
Si hay tanto en la cabeza, no me puedo considerar mediocre; y así mismo, si no puedo hacer nada con lo que hay ahí, lo soy y en partida doble.