bored as fish

Thursday, April 14, 2011


Nada que comentar. Creo que esa ha sido la principal razón de mi silencio, ciertamente “ocurren” cosas, como aquella vez que conduje dieciséis horas seguidas hasta un pueblito en donde la hermana embarazada de Yoselin se había escapado con su novio golpeador y resultó que el síndrome de Estocolmo nos hizo volver sin ella. O que cuando llegan los diputados y comisionados me felicitan por mi trabajo me siento alegre pero mediocre por no ser yo quien viaja a Ámsterdam, parís, Madrid y nueva Delhi cada semana como los del departamento jurídico. O que todas las noches cuando regreso de trabajar me encuentro con un Jetta y un Civic en el último semáforo del par vial y hacemos competencias de cuarto de milla. De cada evento podría redactar un post de al menos mil palabras, algo sobre la emoción y el vértigo o el cansancio, pero en realidad no son la gran cosa, nada como los viejos tiempos, participar en una pelea de cantina y observar a detalle (y con los inconvenientes del alcohol) como un sujeto pierde el ojo del modo más bizarro y absurdo, o recitar poesía en medio del parque y bajo la lluvia, o simplemente caminar y caminar por días hasta llegar a una ciudad desconocida y luchar para volver sano y salvo. No tengo nada que comentar más que me aburro como un pescado.