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Wednesday, January 2, 2008


Después de una noche de festejos y alegría y buenos deseos la noche termina y se convierte en un nuevo año silencioso y misteriosamente nuevo. Tumbado sobre tu cama el silencio y nada mas que el silencio no puede mas que arrullar el tiempo que el sueño no puede ocupar; y entonces queda tiempo libre para pensar y tomar otras graves decisiones.
Al lado de la cama una tarjeta telefónica muestra el calendario del año a tres columnas y cuatro filas. Cabe perfectamente bajo el titulo de una tienda y una dirección y los números son tan pequeños que la semana cabe perfectamente en una uña. Es tan pequeña y son tan pocos los meses que es posible recitarlos de memoria sin el menor esfuerzo posible y es entonces cuando comprendes por que el año se te hizo tan breve.
Comienzas a recordar: en enero bailaba, en febrero comía, me ejercitaba, en marzo... y entonces queda la duda y las ganas y el miedo de el espacio vacío y pequeño que queda para usar en el próximo año.