¿Sabes?

¿Sabes?
A veces quisiera que no fuera tan complicado, yo hago las cosas complicadas, me comporto como un pesado, como un niño berrinchudo. Y cuando no estás cerca me imagino lo peor. Y luego pongo en mi boca palabras que están sobre mi capacidad… no sé que gano yo con eso. Debería ser claro, decir por ejemplo: “me siento frustrado porque haces el amor con otro mientras yo muero de deseos de estar contigo y darte un abrazo, entiendo que es tu esposo, y confío en que tu no querías hacerlo, pero no puedo evitar sentirme deprimido, sin nadie a quien culpar sino a mí, sospechar que si lo quieres aun y dudas del amor que me tienes cuando él te tiene entre sus brazos”
Pero no lo diré. Acepté quererte y enamorarme de ti sabiendo perfectamente que no serías totalmente mía, y debo afrontar el precio de hacer flotar mi corazón contigo. Finjo que todo está bien, para poder seguir a tu lado y veo en tu sonrisa una esperanza, una sospecha de que aun me amas.
Pero luego todo se embarra de un pesimismo insoportable; ya no me abrazas, y sueltas tu mano cuando quiero enlazarla con la mia, te tengo que pedir un beso, y decir te quiero para que me digas “yo también”.
Solo cuelgo de cualquier cosa que ocurra para terminar con la incertidumbre que me está torturando. Desearía que me vieses a los ojos y me dijeras que estarás siempre conmigo, que me abrazaras como antes, que te preocuparas por pasar tiempo conmigo, o que al menos me dijeras que no quieres saber nada mas de mi, que ya no sientes nada, que fue una pequeña aventura y que me vaya al diablo.
Necesito de una caricia tuya, detenme, no me dejes caer y que lo destruya todo con mi rabia de animal herido y asustado.