une froid flamme

Tuesday, December 23, 2008


Para nuestro amor que se consume no nos queda más que una contemplación desesperada. Pequeña, si aquí solo quedará humo y nuestro llanto apagará las llamas. En mi rincón donde la fina red del frio invade, solo me quedan tus caricias de tus manos heladas; y mi corazón pregunta ¿Por qué nuestros sueños duermen? Se pregunta cuándo te veo aquí tan linda acostada, durmiendo conmigo y en mi cama, soñando quien sabe que sueño, entregando a quien sabe quien tu alma. Pero si el desprecio aquí en la nieve lo es todo, todo eso lo recibe con gratitud mis ganas. Porque a veces siento que mis costados la nieve quema pero en mi pecho arde una pequeña llama. ¿A esto se le llama amor? Yo siento que el amor de ti solo existe cuando ese teléfono te llama; entonces se desprende de ti un calor y yo me arrincono a ti como a la roca una lapa. Aquí donde hemos llegado no me queda a mi más que tus palabras, cuelgo de lo que tu boca arroje, y yo solo espero a que horas se me mueran los abrazos y me caiga. Y en las tardes corres a los brazos de alguien más y yo que espero solo de ti una palabra tuya me quedo viendo como callas.