tepo fiesta
Wednesday, November 23, 2011
A veces me pregunto la forma en que las personas me perciben. En realidad, temo que la probable respuesta de la mayoría, destruya este poco de autoestima que se ha ido acumulando, al igual que la grasa en mis cachetes, a lo largo de los años.
Hace poco, en una reunión con los amigos de la universidad, llegaron a mitad de la fiesta, amigos de uno de los reunidos. Entre ellos, un chico de pelo largo, delgado y mal vestido que expelía platica hasta por los codos y daba de vez en vez un traguito a su cerveza. Le pregunté a Yoselin, que estaba al lado mío si yo era antes así. Y me contesto, para mi pesar, que sí.
Esto, porque yo solo vi lo acorvado de su figura, y la estampa esa no me permitió ver más allá. Me pareció un borracho ruidoso y flaco y no supe ya si aquel en sobriedad poseía elocuencia en sus diálogos, cuan interesante podría ser su personalidad.
Para muchos, yuxtapongo a mi situación, no fui nada más que un borrachín flaco y ruidoso. Contraria a la imagen que de mí mismo tenia, en la que mi apariencia era lo último que importaba, y las personas me hablaban a pesar de mi imagen, y a veces, con respeto.
Por eso, ahora, que en mi conciencia poseo una imagen razonablemente buena de mi persona, la duda prevalece y amenaza con destruirme el ego y para mi desgracia, el único camino que conozco, me preserva o me derrumba.