Triste historia

Friday, April 27, 2007


Te casas.

Con esta simple sentencia termina, y termina mal el capitulo agrio y final de nuestra historia. De una historia entre tantas de tu vida, y la mía.

Yo no puedo hacer nada más que lamentarme, y no lo haré. No lo voy a hacer por que no lograre con eso traerte de nuevo, o persuadirte de no hacer esta tontería que estas completamente resuelta a hacer.

Talvez suene infantil, pero el matrimonio no me importa mucho como la barrera que pondrá la sociedad y la religión en contra de nuestros encuentros, me importa mas como la seguridad que tendré, de que estarás cogida por alguien mas, y que ese alguien mas tendrá control sobre ti, tus acciones, y te será mas difícil arrepentirte.

Te casas y punto. Por que no estaré mas contigo para hacértelo pensar de nuevo, por que no estaré ahí para hacer berrinche, aunque me invitases y muera por dentro por estar ahí en la ceremonia a vivir el último momento de tu libertad sexual y amorosa, no iré, no estoy dispuesto a continuar por un camino incierto y peligroso. Tu amor después de eso, ya no valdrá lo suficiente.

Puedo sin embargo, indagar sobre las razones que te mueven a esta situación. No es muy difícil, puedo adivinar y casi casi asegurar que es por tus padres, los mismos, ellos quienes nos separaron finalmente aquel febrero, sus palabras, sus presiones, sus agresiones a mi persona y a mi amor. Lo sabes, sabes que se han intrometido demasiado, que te han obligado a buscar un partido seguro, alguien que te mantenga, y les quite el peso de responsabilidad que eres tú.

Ya no te odio, ni te amo, tan solo te añoro, y te extraño. Talvez te compadezco, pero eso es por otras razones que no viene al caso recordarlas.

Encontrare una forma un poco amable de ignorar las cobas y tus ausencias en las noches de frío de tu piel. Encontrare el lugar donde mis besos duerman tranquilos y me hagan olvidar tus tardes.

Yo seguiré buscando, tú te casas.