la débauche

Friday, August 26, 2011


Je suis corps et âme " - ainsi parle l'enfant. Et pourquoi ne parlerait-on pas comme les enfants ? Mais l'homme éveillé à la conscience et à la connaissance dit : " Je suis tout entier corps, et rien d'autre ; l'âme est un mot qui désigne une partie du corps.

Solo se puede ser libre siendo muy pobre, o muy rico. Cuando no se tiene más que la tan oscura noche y el tan frio piso, la ciega orgia que representan los habitantes de esta mota de polvo en el espacio nos parece tan indiferente y podemos sentarnos alegremente a observarlos y divertirnos gratuitamente. De igual modo, liberado de la esclavitud consumista, de la necesidad de trabajar y de endeudarse, se observa todo como podredumbre mientras se navega sobre un mar de almas que se odian y pelean para subirse a nuestro barco mientras lo impulsan. Así las cosas, la riqueza, inconcebiblemente repartida, nos da la idea de que en esta inmensidad de gente, son pocos los que realmente viven.
No estoy diciendo que solo con dinero se puede vivir, sino que, este, al contaminar cada aspecto social y cultural del entorno común, manipula tan sutilmente que se adueña de la voluntad. Solo aquellos a los que el dinero no les importa nada, tienen la oportunidad de darse cuenta de lo absurdo que es el instructivo, de lo nocivo que es el juego, de lo triste que es vivir tan solo.Pero nada mejor que alejar la ignorancia, no hay que dejarse cegar por aquello que no se ve. Tengo la fortuna de saber que es ahorrar una semana para invitar una cerveza de un dólar, y la de invitar decentes borracheras a los amigos sin que eso tenga la mínima relevancia en mis finanzas, caminar veinte kilómetros para llegar al servicio social y ahorrarme tres pesos, y manejar un auto deportivo hacia el trabajo. Hace unas semanas, en un diplomado gerencial me tocó recibir clases de un economista, inteligente pero distraído, y la de su hijo, un chico (en realidad creo que tenía varios años más que yo, pero, independientemente de su apariencia física, yo lo percibía como un jovenzuelo) que parecía que tenía una papa en la boca cuando hablaba, nos platicaba, sobre sus experiencias de humildad, narraba como, en un arrebato de sumisión olímpica, comió ¡con sus empleados! ¡Unas tortas! , y que hasta dijo unas leperadas. Yo me reía por dentro, pero sirvió para darme cuenta de que es fácil caer en la ceguera (Un Mustang no es un GRAN deportivo, Invitar una borrachera no es tan considerable a menos que sea en las Vegas y a un grupo de rockstars y emires árabes, se han de estar ustedes riendo de mí, como yo del profesor junior)Mientras se busque la libertad, debe uno dejar de pelear contra los muros que a uno lo contienen, y darse cuenta que es el piso el que no existe.