Tuesday, December 7, 2010


Se puede ser rebelde aun con un millón en la cuenta de banco. No clásicamente subversivo pero si del modo adyacente. También se puede ser horriblemente burócrata sin hueso en el gobierno y tristemente fashionista sin un duro en la bolsa. Lo de hoy es serlo todo cuanto la tendencia indica y sin rezongar ni un poco. Siempre habrá, desde luego, ermitaños, pero los de luego seguramente lo harán vistiendo a la moda, e intectuales discutiendo crepúsculo y otras contemporáneas. Inclusive venden los pantalones ya rotos para evitar conseguir el look a base de trabajo o de pobreza. Ideales a la carta, para llevar, para desechar.