negro
Friday, October 29, 2010
Momentos como estos son los perfectos para escribir un post relajado y simpático. Hoy, por ejemplo, después de una ardua jornada laboral me dirijo a mi hogar a descansar un poco y disfrutar del fin de semana. Entonces resulta que Yoselin no puede abrirme la puerta por que no encuentra las llaves y tengo que esperar en la acera una hora solo para que salga llorando diciendo que no las encuentra. Entonces, comienza a gritar y a decir que probablemente yo traje las llaves al trabajo y tengo que venir al trabajo nuevamente a cerciorarme de que no sea cierto. Conduzco diez kilómetros y las llaves en mi oficina no están. Ahora estoy cansado, en el trabajo y con sospechas de que me ha mandado al trabajo para poder sacar a su amante negro con toda tranquilidad de la casa y hasta darle una propina. Me dan ganas de ahorcarla y a veces de escribirle un poema como este:
“oh, dulce mío, no sé qué barbaridades haría yo sin ti, pero no quiero
averiguarlo”
Y además tengo hambre y el negro se comió mi comida.