Al 16 de Febrero
Tuesday, February 17, 2009
Huevos fritos para el desayuno; café. Aguacates para la comida. Cerros y temperaturas bajas. Internet en un balcón, internet donde se compran las cervezas. Roger, mi asesor financiero en la ruina, coreografía noventera con traje y corbata. Mangos y helados de pistache. Un torneo de fútbol y alcohol para la tarde. Fruta bajada de un árbol y un policía acosador. Apetito y compras repentinas con dinero electrónico. Rock and Roll de viernes con final feliz (y prematuro). Fin de semana sin bañarse. Olores extraños. Playa y mucho más alcohol. Espagueti, camarones al mojo de ajo. Una botella de bones y copas para brindar. Un cuarto con alfombra para rodar. Nuevo parque en la ciudad con fuente y kiosco. Muchos amaneceres. Faldas cortas y muchas salidas al baño. Un hámster ciego y sin una oreja. Columpios y caídas. Tatuajes y aretes perdidos. Despedidas y citas de trabajo. Crepúsculos, paletas, incendios. Amenazas de muerte y una rifa para una cita romántica. Cigarros autografiados y callejones oscuros.
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Ahora mi vida es tranquila. Ya no soy un adolescente ocioso buscando en que entretenerme y si me preguntan, estoy en paz con la vida –otra vez- y no me quejo. Primer catorce de febrero que celebro al amor de esta manera; no me reconozco, el chico triste, depresivo y violento se fue quien sabe a qué parte, en vez de aventar huevos a los enamorados, me paseo por el parque cuidándome –lo más discretamente- de no ser alcanzado por un huevo podrido. Ahora solo falta que me asesinen mañana, sería paradójico, pero ya saben cómo es el mundo a veces. 16 días es tanto tiempo, la segunda mitad del segundo mes del año. ¿a cómo pasa el tiempo volando verdad?