Leila

Sunday, April 15, 2012


Me recordé de pronto, de quince años sentado sobre la acera y con los pies sucios por el lodo. Observando a la que fue mi primer amor irse con un desgraciado y veinteañero. Moreno, alto y de barba tupida, como restregando mis carencias, todas juntas y seguramente a tener sexo salvaje.
- Es que la tiene enorme. Fue el motivo y ni dijo adiós.

De verdad deseo, desde el fondo de mi roído corazón que aquel afortunado joven sea ahora repartidor de bon ice y no un empresario de éxito. Aliviaría un poco esta tristeza que habita mi alma desde hace ya mas de una década.