Habrá para el que desee una cerveza

Tuesday, May 6, 2008



Habrá para el que desee una cerveza los domingos o un beso en las mañanas quien ofrezca alcohol y cariño. A veces es solo cuestión de esperar pero habría que advertir que el tiempo en exceso irrita; al igual que el alcohol y los besos. Mi hígado esta bastante sano, creo yo, y por eso me permito de vez en cuando seguirles el paso a los parroquianos irlandeses que llegan al pub tras mi facultad. Con el calor que hace en este lado del mundo ni ellos se atreven al whisky caliente y he tomado ventaja de eso. Los besos nunca me han irritado, pero hubo algunos que me hicieron daño. Una intrépida quinceañera me robo un beso frente a sus amigas y me mordió tan fuerte el labio que la hendidura en mi boca no me dejo probar las papas con chile que esa tarde me iba a comer. Nunca me ha importado que me roben besos, que demuestren su valor, que dejen un poco de sí en mi boca, que ha probado de todo. A veces lamento que las prisas las vuelva toscas, que la pena o los nervios hagan de un beso una mordida o una ensalivada, o que se les olvide pedirme o dejarme el numero de teléfono, después de una semana no deberían llegar preguntando ¿te acuerdas de nuestro beso?
Nunca he sido la mejor opción. Temporalmente quizás, y eso afecta a la autoestima, cuando sientes que tu vida no le importa a nadie no te queda otra que resignarte a ser una sombra. Me sucede a menudo, el que mis ex novias al final terminen con alguien parecido a mi, pero en una versión mejorada y aumentada: siempre mas altos, con piel perfecta, mas cultura o con mucho mas dinero. Yo no puedo competir contra eso y por eso ellas nunca vuelven. Cada vez que recuerdo algo así me dan ganas de no enamorarme nunca más y es entonces cuando debo destapar una cerveza.
Siempre he sufrido de la crisis de identidad. No he encontrado mi lugar y cada vez me impaciento mas, quisiera sentir verdadero gozo de comer solo una cosa o de leer solo una novela, escuchar un solo tipo de música y saber exactamente como es que debo vestirme. Nunca he sabido nada de esas cosas tan triviales y he tenido que recurrir a la opinión de expertos, que para mi caso es cualquier persona que crea estar en lo cierto. En realidad nunca hago caso a lo que me dice la gente. Si ni siquiera yo mismo me creo. Tengo que sobrevivir a toda elección con el azar de mi destino, y al parecer solo creer en la suerte propia no es tan malo por que no me va tan mal. Ayer inclusive hubo una precoz adolescente que estaba dispuesta a acostarse conmigo si prometía hacerlo regularmente. ¿Debería yo aceptar ser un instrumento de placer? A mi novia no creo que le guste mucho la idea y al novio de esa niña tampoco, ni a sus papas ni a las autoridades correspondientes. A mi en verdad me basta con un beso en las mañanas.