Lluvia

Monday, October 8, 2007


El otro día estaba yo caminando casi sin prisa y pensando en nada. Talvez arrastrando los pies como cualquier normal y también mascaba un chicle.
La suerte me sonrió un rato y se rió de mi cuando aplaste los residuos del alimento de algún gato. Y como las nubes en el cielo parecía humo de un gran cigarro temí que una lluvia de ceniza arruinara mi nueva y brillante playera color azul.
Aquel día que estaba alejado del resguardo de ningún árbol las gotas de lluvia hicieron que mis ropas se pegaran a mi cuerpo por el peso de la tela mojada.
Y con los ojos perdidos y cansados hacia el frente no hice más que avanzar por un sendero muy largo –y mojado- que conducía a mi casa y a algún resguardo. Entonces el suelo húmedo me trajo recuerdos tan varios. El viento silbo un rato y mis huesos temblaron del frío; las hojas cayeron sobre el agua de un charco y el cielo estaba tan claro pero yo noté que también estaba vacío.
Inclusive hoy quedan rastros de la lluvia de ayer.