Pulcra ergástula

Thursday, July 19, 2012




En un cuarto de justificadas y dadivosamente planeadas medidas, escenario mudo de quiméricas transcendencias. Un botellón de agua, una flor, un escritorio de caoba o su más próxima imitación. Un ingrato teléfono. Pulcra ergástula. Ahí sospecho, y no temo equivocarme, han muerto delirantes poetas, prominentes escritores: abatidos músicos, magnánimas historias; las musas no han tenido más remedio que personificarse en hoscas secretarias. En la más frugal violencia mueren nobles almas a diario y tan horriblemente, se disminuyen con cada llamada, cada firma y solo de nueve a nueve con una hora para comer. Un cuerpo cansado llega cada noche a culpar de su desgracia a las sombras que el televisor refleja, pero sin ganas, sin verdadero odio.