Nuevos Problemas
Sunday, September 8, 2019
Algo que está bastante mal, o bien, según quien mire o cuando, es que ahora mis fuentes de angustia son mis relaciones personales cercanas. Antes me cagaba que mucha gente en mi trabajo me diera órdenes sobre cómo actuar y que hacer, no laboralmente sino personal; no me refiero a el cuidado personal que medio lo entendía y toleraba, sino a tener que actuar como perro faldero o poner encima de cualquier cosa incluida mi familia a las órdenes o caprichos de alguien y justificar con un insípido "necesidades del servicio". La normalización de la sobreexplotación laboral y eso.
Ahora que no tengo nada de eso, me parece angustiante y a veces molesto y destruye mi calma el comportamiento de las dos personas con las que convivo; mi mujer y mi socio de negocios. A mí mujer le volvió la celopatía, me recrimina injustamente y hace los clásicos berrinches. Me molesta como le molesta a alguien que no debe nada y debe preocuparse por demostrar que no está haciendo nada malo, preocupaciones accesorias e innecesaria y que significan una carga molesta a quien ya tiene de por sí muchas cosas de las cuales preocuparse.Con
mi socio de negocio me frustra que no da el cien. Aún tiene un trabajo formal y dedica la mitad de su tiempo a el, y la mitad que le queda a perder el tiempo en Facebook y WhatsApp. Aunque me jura que está comprometido todavía está en una zona de confort en donde no es crítico esforzarse al mil, contrario a mi que si me hago pendejo no comemos mi familia ni yo. Y mi carácter me impide juzgarlos a mal y culparlos del todo; son cosas que nos pasan a todos, y pues, no es tan grave, pero no deja de ser curioso que las preocupaciones no cesan nunca.Estoy
seguro que si estuviera solo en el mundo mi mente sería la encargada de joderme el baile y en la misma proporción que todo lo anterior, es la perspectiva la que pone en lo alto de nuestras penas los problemas que ahora tenemos. Para nuestra mente es igual de horrible reprobar un examen que perder una novia que tener un hijo enfermo, y aunque mirando con perspectiva no son la misma cosa, nuestro cerebro que es una isla en si misma no puede darse cuenta hasta pasada la tormenta.