Cartas de los lectores

Me pareció necesario contestar la correspondencia electrónica que algunos lectores tuvieron la amabilidad de enviarme, principalmente, y quizás debido la ausencia de tópicos en este blog, para hacerme ciertas preguntas. Aquí van pues, mis respuestas a mis tres lectores (nótese que en este curioso caso, lo digo literalmente, y no como ejercicio de modestia) que me sufren a pesar de mis larguísimas ausencias.

¿Shinji, Que opinas sobre el INM?
Oh, pregunta complicada, principalmente porque mi opinión no puede ser observada como objetiva siendo yo parte de lo que se observa. Ya ven que el internet ya lo consideran las leyes laborales. Si bien es cierto que anteriormente criticaba ciegamente a la burocracia, la experiencia actual me permite ahora, seguir criticándola, pero eso sí, brindando a mi crítica un carácter constructivo. Sobre la mínima parte del conjunto que me concierne (referente al aspecto tecnológico, específicamente, los sistemas de software) puedo opinar que el instituto ofrece muchas posibilidades pero las políticas organizacionales tanto propias como de otros organismos frenan considerablemente los desarrollos que podrían en materia de sistemas, concretarse y exportase a otras instituciones mexicanas.

¿Shinji, Porque ya no escribes poemas o cuentos y las pocas veces que lo hacer hablas o de tu bebé o de tu trabajo?
La excusa por excelencia fue durante mucho tiempo la falta de tiempo, creo que no puede ser esta escusa la verdadera razón. Creo que definitivamente es la falta de material y ganas. Debo admitir que mis ocupaciones dejaron de ser conquistar mujeres y coleccionar experiencias sociales y que, puesto que la economía familiar no me permitió estudiar historia del arte francés del siglo XVIII en Copenhague y consumir hachís todos los días como muchos de mis contemporáneos noveles escritores, mi actividad literaria se compone principalmente en la redacción de artículos técnicos, mientras los frutos de mi trabajo maduran hasta permitirme pagar la licenciatura en historia del arte francés del siglo XVIII en algún país primermundista y continuar mi interrumpida narración de los excesos personales.

¿Te gustan morenitas y caderonas o güeras ojos azules?Me temo que, aunque he tenido la fortuna de probar las ventajas y desventajas que cada arquetipo ofrece, he llegado a la conclusión de su rotundo balance. De modo que, si me permite ofrecer una tercera opción, querido lector, optaré por “inteligentes”. Hombres complicados como uno requieren de una mujer que pueda escucharlo y sobre todo, soportarlo.

¿Ya agarraron a los ladrones de tu colonia?Aun no, desafortunadamente, pero ya tomé la precaución de instalar alarmas y asesorarme jurídicamente para defender a base de un par de huesos rotos, el lugar donde habito.