Sexo

Wednesday, May 14, 2008


Soy un pervertido sexual. Pienso a cada rato en sexo y no puedo dejar de mirar el cuerpo de las mujeres con deseo desmedido. Si veo un cuerpo a mi gusto no puedo quitar de mi mente el deseo de tocarlo, estrujarlo, poseerlo. Es algo que esta dentro de mi, explicito, como en mi sangre.
Mi deseo, la necesidad, se extiende mas allá de donde se suponen debe llegar, la belleza no es el único impulso, lo es cualquier cosa y eso puede llegar espantar a mucha gente.
Y todo esto, como si humo fuese, tan bien guardado, como si no existese. Todo queda detrás de las gafas oscuras y de la gabardina. Soy el diablo, y mi novia canta en el coro de la iglesia. La vida siempre ha sido irónica y es por eso mismo que puedo oler, detrás de esos pantalones flojos y esas faldas largas el calor y el fuego que se extiende por los cuerpos que desean ser besados, tocados, estrujados y poseídos.
El sexo no me llena. no es una meta, no es el fin de nada, a veces ni es divertido, pero es algo que necesito, y lo único que me mueve, no puedo dejarlo, es parte de mi y es parte de todo y todos. Yo se bien que todos lo son también y lo ocultan, como si no existiera.