Travel 2
Wednesday, July 21, 2010
Viajar tampoco me provoca la felicidad que yo esperaba. Los destinos deberán de ser demasiado nuevos para que disfrute yo mi estancia. Odio la expectativa no recompensada que se queda en uno y que se dibuja en el recuerdo como un fracaso. Entonces es cuando descubres lo muy poco que hace falta para ser feliz, pero que escasea como en el árido desierto el agua y lo bastante que necesitas para satisfacer el deseo.