vodka tónico

Saturday, December 27, 2008


La recuerdo, y mi corazón solo conoce el perfume de ella. Estuvo mi vodka tónico abandonado en la barra todo el tiempo y ahí lo dejé mientras me emborrachaba con su voz y su mirada. Sorbía de a poco un coctel y sus labios eran para morir por ellos, imaginé al verla cosas que no se pueden imprimir y ella lo descubrió en mis ojos, todo lo supo y fue mi cómplice y yo su prisionero. Te deseo, le dije y ella se rió de mi frase estúpida y tomó mis manos con las suyas tan blancas y delgadas y me sacó de la barra para que bailáramos una canción inexistente y yo para sentir su cuerpo fingí también que bailaba; ella fue la que después de un rato escucho el final de esa canción y me devolvió a la barra. La hubiera acompañado al baño si el mesero no se hubiera interpuesto para recoger un cenicero y tuve que encender un cigarro para no ceder a los nervios o a la extraña calma de su espera. Pero volvió, y trajo consigo un rostro extraño y un silencio que no me atreví a enfrentar. Ya no bailó y yo ya no conversé más con ella y supuse que era el anillo de bodas que le aprisionaba el dedo lo que la agobiaba a tal nivel. En su bolso sonaba el teléfono y ella y yo fingimos no escucharlo pero el barman no lo hizo. Ella ya no me miró a los ojos y tampoco volvió a sorber su copa, me atreví a acariciarle el cabello y su ausencia ya fue todo lo que quedó en la noche. Debo irme, dijo mientras se levantaba y se marchaba, y me di prisa en pagar la cuenta y perseguirla. Alcancé su brazo, la sostuve con la fuerza que me hizo traerla a mí y abrazarla; ella quiso decirme algo, tonterías quizás y tuve que evitarlas con un beso. Sus ojos eran de un próximo llanto pero no pudieron mis extremidades soltarla. Era ella un ave que había detenido su vuelo para descansarse en breve y a mi lado. Solo un rato suyo y tuve que entenderlo y soltarla para que sus alas la llevaran al hogar que la esperaba. Ella pidió un taxi y yo al mesero un vodka tónico para abrigarme de la noche.