seis grados

Thursday, March 24, 2011


Esta mañana me levanté con el curioso cuadro de la manguera de mi estufa colgando de la ventana, y la ausencia de mi tanque de gas. El crimen está a la orden del día y me ha dado de que pensar tan vergonzosa acción, por que actualmente vivo bastante retirado de la civilización y el esfuerzo de desconectar mi instalación (silenciosamente y en la oscuridad) llevarla al hombro unos quince metros (sin arrastrar para no dejar rastro de la dirección) y transportarla al menos un kilómetro hasta la carretera mas próxima (sin duda apoyado por un triciclo o algún otro tipo de transporte) me parece que vale mas que lo que se podría ganar vendiendo artículos robados. Aunque me queda el tenue sabor a humillación por ser víctima de un mañoso delincuente, me da mucha mas tristeza saber que hay quien tiene que hacer eso para poder comer; estarse el día pensando a quien robar, y esperar a que duerma para embaucarle. Me da mucha tristeza, por que mas que perder un tanque de gas de quinientos pesos, he perdido la confianza y la tranquilidad de dejar algo en el patio de mi propiedad sin temor a que me lo roben, y eso no creo que pueda volverlo a comprar.