anonima

Tuesday, May 25, 2010


Me fue separando de tu último beso un espacio eterno y chocante, se me perdieron de la vista fingidas esperanzas, se me terminaron los suspiros, se me dibujaron las tristezas. Y así como las aves, perecí en una plenitud sin triunfos. Ya no existe más remedio, no hay nada ya aquí que pueda repararse. Tu maldad se me descubrió entonces cuando me mataste, se disfrazó de piedad pero no fue menos mi agonía, tu recuerdo sembraba las esperanzas y mi corazón las tristezas. Estuviste cerca para consolarme, pero no me avisaste, y yo no me di cuenta. Todo arde si le aplicas la chispa adecuada.